El mes de febrero marca un punto de inflexión para los 125 ayuntamientos del Estado de México. Más allá de discursos y promesas de campaña, la aprobación del presupuesto municipal para 2025 es el momento en que cada presidente municipal se enfrenta a la realidad: ya no hay pretextos, ya no hay suposiciones, ahora saben exactamente con cuánto cuentan y para qué les alcanza.
Muchos gobernantes, al asumir el cargo, insisten en que reciben una administración en crisis, con deudas impagables y finanzas en números rojos. Pero este mes de febrero se les acaba ese argumento. Ahora tienen sobre la mesa los recursos aprobados, y es con ellos con los que deberán responder a la ciudadanía. Si dijeron que mejorarían la seguridad, los servicios públicos o la obra social, este es el momento de demostrar si hablaban en serio o si todo fue demagogia.
¿PRESUPUESTOS APROBADOS POR UNANIMIDAD? PUNTO CLAVE
Una señal importante a considerar es la forma en que fueron aprobados los presupuestos en cada municipio. Cuando un cabildo aprueba por unanimidad, significa que el alcalde o alcaldesa logró convencer incluso a sus opositores de que su plan de gobierno es viable.
En cambio, si hubo votos en contra o abstenciones, puede ser una alerta de que algo no está bien: ¿fue un presupuesto diseñado sin consenso?, ¿prioriza intereses políticos en lugar de las necesidades del pueblo?
Este año, MORENA, PAN, PRI, PVEM y PT tendrán que demostrar que pueden administrar con eficiencia y cumplir lo que prometieron. La ciudadanía no quiere excusas, quiere resultados.
LOS PRIMEROS 100 DÍAS Y EL JUICIO CIUDADANO
Algunos dicen que la primera evaluación real vendrá a los 100 días de gobierno, pero en realidad el mes de febrero ya es una prueba crucial. Desde hoy, cada administración sabe si sus planes son realizables o si tendrán que recortar expectativas. Es el día en que la política aterriza en la realidad y en el que el pueblo puede comenzar a juzgar si lo que le vendieron en campaña era cierto o si todo fue una ilusión.
En la política local, los recursos siempre han sido la clave. No hay mejor forma de medir el compromiso de un gobernante que ver en qué gasta el dinero público.
Así que, ciudadanos, atentos a los presupuestos: ahí está la verdadera radiografía de lo que vendrá en los próximos tres años.