- El investigador de la Facultad de Medicina de la UAEM, Miguel Ángel Karam Calderón, explicó que las reacciones a las vacunas se presentan de manera general en cualquier persona, dependiendo de su susceptibilidad individual.
Toluca, Méx; 18 de enero de 2022. El dolor de brazo tras aplicarse la vacuna contra la COVID-19 es una reacción normal y pasajera, documentada a nivel mundial y que no pone en riesgo la vida de las personas, afirmó el investigador en el área de epidemiología social de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Miguel Ángel Karam Calderón.
El docente universitario explicó que las reacciones a las vacunas y medicamentos se presentan de manera general en cualquier persona, dependiendo de su susceptibilidad individual, donde factores como la genética o aspectos psicológicos como el miedo o la ansiedad tendrán incidencia para que ocurra o no.
“Cualquier sustancia química, como en este caso las vacunas, que ingresa a nuestro cuerpo, fármacos o cualquier situación que se ingiere puede ocasionar una reacción en nosotros, puede generar diversas respuestas”, aseveró.
En el caso de México, el médico sostuvo que la reacción más generalizada es el dolor de brazo, aunque también hay respuestas como el enrojecimiento de la zona, salpullido rojizo, dolor de cabeza o malestar del cuerpo.
Karam Calderón explicó que el dolor en el brazo se debe a que la inyección se aplica en un músculo que además de tener muchos vasos de sangre, está encargado de dar movilidad a esta extremidad, por lo tanto, se resiente más la respuesta.
En caso de sentir dolor o malestar, el médico universitario recomendó reposo o disminuir la movilidad con ese brazo, aplicar hielo en el área unos 20 minutos y repetirlo cada 6 u 8 horas y, en caso de ser necesario, administrar analgésicos como el paracetamol.
“Es importante que tengamos claro que todas estas reacciones, dentro de lo que cabe, son normales como respuesta de los organismos a la vacuna que se nos está poniendo; obviamente, también hay respuestas alérgicas mayores y la gente ha requerido hospitalización, pero puede pasar con cualquier otro fármaco, el ejemplo clásico es la penicilina”, detalló.
Karam Calderón refirió que la única manera de saber cómo va a reaccionar el cuerpo ante un fármaco es aplicarlo y en el caso de la vacuna contra la COVID-19, de manera generalizada, tiene respuestas normales en la población.
En ese sentido, el médico universitario exhortó a quienes tienen el privilegio de recibir la vacuna por primera vez o como refuerzo a aplicarla con seguridad, ya que eso ayudará a prevenir mayor contagio y a disminuir la posibilidad de que el virus siga mutando y, por lo tanto, generando nuevas variantes.
Karam Calderón invitó a la población a mantener las medidas sanitarias de prevención contra la COVID-19, que en esta etapa de la pandemia presenta la cepa Ómicron, una variante que se propaga con mayor velocidad y se contagia con más facilidad.