Por José Moisés de la Luz
Un festejo pleno en emotividad, sin duda la mejor respuesta a los anti taurinos, ha sido el lleno en la plaza.
La devoción guadalupana, el homenaje a Vicente Fernández y el acto cívico, emociones en cascada, todo antes de que concluyera el paseíllo y los diestros pudieran cambiar la seda por el percal.
Toros de Fernando de la Mora y de Bernaldo de Quirós de buena presencia y juego desigual.
El de la alternativa para San Román, astado de bella lámina al que el toricantano le ha salido con alegría desde los primeros lances se advirtió de la maestría del torero y la buena disposición a triunfar quitando por chucuelinas y rematando muy toreramente.
Luego de la ceremonia del doctorado ya armado con la sarga y el ayudado, el novel matador ha dejado constancia de su arte y también de su valor, el público disfrutó mucho de la actuación de San Román en su primero que desafortunadamente no pudo coronar con la toledana.
Si la primera faena del queretano gustó al respetable, la segunda con el que cerró plaza ha sido artística, sí, pero además por momentos, electrizante, pletórica en emoción por el constante riesgo derivado de la zona en la que se ha puesto a correr la mano el diestro, un trasteo de riñones, por momentos aguantando enormidades, más cerca, imposible.
Luego al oficiar con la tizona dejó esta, hasta la bola; una estocada fulminante, que es premiada con una oreja ganada a pulso y para el toro la ovación en el arrastre.
Lo de Ferrera hay que describirlo aparte, en su primero mostró el deseo de agradar al público y logró momentos importantes, sin embargo la nula colaboración del toro no permitió más, mucha voluntad del diestro y nula colaboración del morito, aun así le saco los pases que el burel no tenía, estocada de buenos efectos que le permite escuchar palmas.
El segundo de Ferrera con un muy notorio defecto en la vista es devuelto a los chiqueros y el que lo sustituye ha permitido el triunfo grande, sonoro para el peninsular, con el capote ha mostrado el toreo con un toque muy personal pero también evocando épocas pasadas.
Es absolutamente normal que a los más puristas de los asistentes no les guste y cuestionen el quehacer de Ferrera pero lo hecho por este torero la tarde- noche del domingo en el coso de la colonia noche buena, ha sido emocionante para la afición, más aún para los del nuevo cuño.
Si había que mostrar que Ferrera es un torero muy completo, esta vez se cumplió a cabalidad, luego de los lances con la capase fue a la puerta de caballos a montar el de pica y a oficiar como varilarguero, lo que puso a la plaza de pie, luego con los palos en un derroche de facultades cubrió el segundo tercio con facultades sobradas, ahí el público ya estaba rendido ante el diestro y para la faena de muleta, la plaza se transformó en un auténtico manicomio y es que a fuerza de ser sincero, más allá del espectáculo en varas y banderillas, el matador se prodigó corriendo la mano con arte y valor.
Hubo petición de indulto, que no se concede, se va tras el acero y señala una estocada de buenos efectos y se le conceden dos apéndices que a la postre paseó en volandas al salir de la plaza.
Morante es Morante y si no hay toros, difícilmente se verá un triunfo del de la Puebla del Rio, no hubo suerte en el sorteo y solo se pudieron observar momentos aislados, eso sí, pletóricos en arte y torería.
Seguramente será en otra ocasión que veamos la mejor versión de José Antonio Morante Camacho.
La faena de Diego Silveti a su primero fue una pieza para observar y disfrutar de un toreo lejano al efectismo y muy cercano al toreo de arte, con sentimiento y además, técnicamente superior, luego poniendo las dosis de valor que el momento requería.
Una faena para verla con detenimiento, ante un toro no fácil, una faena de gran calado, valiente y artista desde que se abrió de capa, con la muleta al oficiar por ambos perfiles, haciéndolo superior, emocionando al respetable, exponiendo, pero sobre todo toreando con arte
Mata de estocada recibiendo y un golpe de descabello, oreja muy merecida
El segundo de Silveti, sin transmisión y con un defecto en una pata, Diego le pudo extraer naturales dónde el torero ha puesto todo y el astado solo la sosería
Le mete la espada hasta la empuñadura, para escuchar palmas.
Así termina la serie de seis festejos de la reapertura del coso máximo del país y quedamos a la espera del ansiado anuncio de una temporada grande, así como de festejos novilleriles.
Enhorabuena a la empresa, particularmente al matador Mario Zulaica, esta vez ha hecho que la gente regrese a la plaza y eso no era nada fácil.