Por Julio Requena.
La pregunta pudo ser cualquiera, incluso si usted está a favor de bajar los impuestos o de que la canasta básica esté al alcance de todos o meter a la cárcel a los gobernadores o ajusticiar a los presidentes municipales, pero lo importante era medir la participación ciudadana en un ejercicio inicial, dimensionar el reto de la instalación de casillas y por supuesto, como entender las cifras que arroje tal ejercicio popular.
Habrá muchas voces agoreras que vaticinan el fracaso de la misma y otras que lo califican como un éxito rotundo, pero ambas visiones podrían estar correctas y equivocadas al mismo tiempo, pues no es lo mismo que la población dé su opinión de un problema en particular que de su apoyo o simpatía a un personaje como lo es Andrés Manuel López Obrador o incluso pudieran poner a cualquier otro político, como Enrique Peña Nieto o bien, el presidente del PRI nacional, solo basta con sondear la opinión de sus militantes en este momento.
Hoy se trató de dar su opinión al respecto de los asuntos del pasado, y según dicen las cifras participaron casi seis millones 600 mil ciudadanos, dicen que el 7 por ciento del padrón, pero hay que recordar que en cada elección nunca participan todos, a veces ni la mitad, solo en las elecciones presidenciales se ha rebasado el 60 por ciento y en particular dos veces, en el 2000 y en el 2018, por lo que midiéndolo contra la participación real, ese 7 por ciento se convertiría en un 14 por ciento de menos.
Si eso le agregamos la instalación deficiente de casillas, la falta de bombardeo tradicional de spot en la televisión y las redes sociales como ocurre en las contiendas presidenciales, esto apuntaba para un escenario similar o peor. Por ello, hay quienes culpan al INE de la derrota del ejercicio y las casillas, pero hay que ser congruentes, en una elección se gastan miles de millones de pesos solo para los participantes, más los funcionarios de casilla y el aparato electoral en pleno, y para esta consulta la inversión no fue ni de la mitad, es más ni de lo estrictamente necesario, así que salió como tenía que salir.
Conseguir el 7 por ciento del padrón hoy se ve mínimo dicen los detractores de la 4T y posiblemente no vean el reto que tienen en frente de conseguir por lo menos eso para la siguiente consulta a realizarse en marzo del año que entra, pero, además, que ese 7 por ciento en contra de AMLO no sea superado por sus simpatizantes que lo respaldarán con todo al solo llamado del presidente para acudir a las urnas.
Es obvio que López Obrador no conseguirá 30 millones de votos en una consulta para ver si se queda o se va, si esta no tiene la suficiente difusión en televisión y redes sociales como lo tuvo su campaña en el 2018, pero con la diferencia de que en esta ocasión no tiene varios adversarios jalando votos, sino solo tiene uno donde se han unido todas las fuerzas para tratar de demostrar su sentimiento en contra.
No obstante recordemos que, los movimientos anti-AMLO no han podido juntar ni 100 personas en el zócalo, por lo que se ve difícil que puedan juntar una votación millonaria en las urnas de una consulta en la que el INE pone poco interés y donde si se ponen a medir fuerzas, sin duda van a salir perdiendo, pues son más los mexicanos que siguen respaldando el actual gobierno que los detractores que permanecen criticando todo lo hecho por el mandatario presidencial.