Agencia xponencial – Opinión
Durante décadas, México ha sido un país dividido. Las elecciones, los proyectos políticos y las visiones de nación han generado brechas profundas entre sus ciudadanos. Sin embargo, algo inusual está ocurriendo: los mexicanos, históricamente polarizados, comienzan a encontrar un punto en común, una razón para unirse por encima de sus diferencias. Y esa razón no viene de un debate interno, sino de una amenaza externa: Estados Unidos y, en particular, Donald Trump.
El discurso antimexicano del presidente estadounidense, su insistencia en militarizar la frontera, sus ataques contra los migrantes y su idea de catalogar a los cárteles como terroristas —con todo lo que ello implica— han encendido las alarmas en México. No importa si eres de izquierda o de derecha, si simpatizas con la 4T o con la oposición, el peligro de una política estadounidense agresiva y xenófoba hacia México nos afecta a todos por igual.
Este fenómeno no es nuevo. En el siglo pasado, Estados Unidos enfrentó una polarización interna tan fuerte que solo pudo ser contenida cuando se construyó un enemigo común: primero, los comunistas; luego, los terroristas; incluso, en el imaginario colectivo, los extraterrestres en el cine y la cultura popular. La idea era clara: si hay una amenaza externa, la gente olvida sus diferencias y cierra filas en torno a la nación.
En México, Trump está logrando exactamente eso. Sus amenazas han generado un sentimiento de identidad compartida entre mexicanos, latinos y migrantes en general. Jóvenes y adultos, hombres y mujeres, comienzan a ver que el verdadero enemigo no está en casa, sino fuera de nuestras fronteras. Que los debates internos sobre política o ideología son secundarios cuando la soberanía, la dignidad y los derechos humanos están en riesgo.
Si Trump desde la Casa Blanca mantiene su retórica hostil, paradójicamente, podría estar haciendo un favor a México. Su discurso podría fortalecer la unidad nacional como pocas veces en la historia reciente.
Hoy, más que nunca, es necesario recordar que México ha resistido invasiones, guerras y crisis, y que siempre ha salido adelante cuando su pueblo se une. Tal vez Trump no lo sabe, pero su odio nos está fortaleciendo.