IGLESIA SE PRONUNCIA CONTRA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO

A través de una carta, Raúl Gómez González Arzobispo metropolitano de la Provincia de Toluca, hizo pública una carta donde obispos y sacerdotes reafirman, el respeto a la vida de las personas en cualquiera de sus etapas. Y que desconocer este derecho no es reflejo de una sociedad que lucha por establecer la justicia a favor de todos.

Lo anterior señala, luego de que la iniciativa que busca la eliminación por completo de la protección legal de la vida en gestación, mediante la reforma al Código Penal, está a la puerta de que pueda ser aprobada en el Congreso del Estado de México.

Señalan que “Abandonar a las mujeres a decisiones que pueden marcar dramáticamente sus vidas y poner en riesgo su salud creando la falsa percepción de que el aborto es seguro y que es la única opción ante un embarazo en circunstancias difíciles, tampoco es expresión de una cultura humanista”.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, también indica que los obispos y sacerdotes, son conscientes de que la interrupción del embarazo no soluciona el sufrimiento de las mujeres en situación de pobreza, violencia o abandono.

Y lo que si es urgente, señala la carta; es que nuestros legisladores pongan atención a problemas estructurales que enfrenta la mujer, como es la falta de acceso a servicios de salud de calidad y la ausencia de redes de apoyo económico y social.

La carta firmada por Raúl Gómez González Arzobispo metropolitano de la Provincia de Toluca, apunta que, el despenalizar el aborto no aborda la raíz de sus problemas y abandona a quienes más ayuda necesitan.

Mientras que el Estado tiene la responsabilidad de proteger a todos sus ciudadanos y especialmente a los más indefensos.

“Como católicos y personas de buena voluntad acerquémonos a nuestros gobernantes y legisladores, para manifestarles una vez más el rechazo a estas propuestas de ley que, como nos recuerda el Papa Francisco, «la defensa del inocente que no ha nacido debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada» (Gaudete et exsultate, 101)”, señalan.

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