MAGISTERIO FEDERAL TIENE HAMBRE DE DEMOCRACIA

Agencia xponencial – opinión

Por primera vez en muchos años, el magisterio federalizado del Estado de México está a punto de vivir un momento crucial en su historia sindical. Tanto en la Sección 17 como en la Sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), habrá cambio de dirigencias, un proceso largamente esperado por los docentes que llevan años demandando democracia interna y la oportunidad de ejercer su voto libre, universal y directo.

En el caso de la Sección 17, han pasado siete años desde que los maestros eligieron a su actual dirigencia. La Sección 36 lleva un tiempo aún más largo, ocho años, sin una renovación de su comité seccional. En ambos casos, los trabajadores de la educación han manifestado de manera clara y contundente que ya no pueden esperar más.

Las expectativas de cambio son altísimas, y la base magisterial, con justa razón, exige que sus derechos sindicales sean respetados y que la dirigencia se someta al escrutinio democrático.

Lo que ha alimentado esta urgencia por el cambio es la evidente falta de resultados que han mostrado los actuales secretarios generales.

A pesar de sus promesas iniciales, los avances en materia de derechos laborales, mejoras salariales y condiciones de trabajo han sido prácticamente nulos. Por el contrario, los docentes señalan que estos dirigentes parecen haberse alejado de las necesidades del gremio y han comenzado a acumular beneficios para ellos mismos, priorizando sus intereses personales sobre los del colectivo.

El hambre de democracia dentro del magisterio federal no es un simple capricho. Es el reflejo de una comunidad de maestros que se siente traicionada y abandonada por aquellos que debieron representarlos y defender sus intereses.

Los secretarios generales de ambas secciones han eludido la rendición de cuentas y, lejos de promover una mayor transparencia, han optado por un manejo opaco y desalentador, dejando en el aire las demandas legítimas de los trabajadores de la educación.

Este proceso electoral sindical será una prueba de fuego para el SNTE. Los maestros están listos para votar y tomar en sus manos el destino de sus secciones. Más allá de las figuras que emerjan en este cambio, lo realmente importante es que, por primera vez en muchos años, el voto libre, universal y directo se imponga como el mecanismo legítimo para elegir a quienes deben dirigir sus destinos laborales.

El desafío está sobre la mesa: construir un sindicalismo auténtico, democrático y verdaderamente comprometido con la base magisterial.

El magisterio federal está cansado de ser espectador en una estructura que debería ser el pilar de sus derechos. La esperanza es que, esta vez, la voz de los maestros será escuchada y respetada, poniendo fin a una larga espera de rendición de cuentas y de beneficios reales para el gremio. Porque la democracia sindical no es una concesión, es un derecho. Y ya es hora de que los maestros lo ejerzan plenamente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *