De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022, casi 83 por ciento de hogares en México resiente la escasez de agua potable, en tanto que el otro 17 por ciento dispuso de agua las 24 horas del día durante todo el año. En tanto, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recientemente indicó que 44 millones de mexicanos no tienen acceso al agua de manera cotidiana.
Una familia de cuatro integrantes gasta en promedio 600 litros de agua potable por día para satisfacer sus necesidades más elementales, lo que se traduce en 36 metros cúbicos cada dos meses. Si consume menos de 30 metros cúbicos, en el municipio de Nicolás Romero paga 11.37 pesos el metro cubico y al semestre 341 pesos.
Sin embargo, por el fenómeno de “El Niño”, en esta temporada se registraron las más altas temperaturas y hay escasez de lluvias, por lo que las tres presas que integran el Sistema Cutzamala se encuentren proporcionalmente al 30 por ciento de su capacidad, por lo que los habitantes de esta demarcación sufren desabasto de agua potable. Una solución a este problema sería que el Ayumtamoento perfore pozos y construya una eficiente red hidráulica, pero eso no se sabe cuándo será.
Ante la falta de agua, a los nicolasromerenses se ven obligados a comprar el líquido a distribuidores particulares, quienes se han aprovechado de la situación y venden el vital líquido a 266 pesos el metro cubico; o sea, un 2,350 por ciento más caro.
El pasado mes de enero, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) registró que el precio promedio nacional de una “pipa” de agua de 10 mil litros era de 1,180.30 pesos. No obstante, negocios particulares como: Servicio Migsa, AguaMéxico.com.mx, Pipas de Agua de Nicolás Romero, MEXAGUA y Propipa, cobrar entre 35 y 50 pesos por llenar un tambo de agua de 200 litros; un tinaco de 750 litros en 200 pesos y la pipa de agua de 10 mil litros la cobran hasta en 1,400 pesos si el depósito está en un solo lugar y, si se reparte en varias casas, sube a 1,800 pesos.
Ante la escasez de agua en la colonia Wenceslao Victoria Soto, por casi un mes, la señora María de la Cruz tuvo que llamar a una de esas dependencias particulares para que le suministrara el vital líquido: “tuve que pagar 600 pesos para que llenaran tres tinacos de 750 litros; esa agua apenas nos alcanza para cuatro días, y aunque se lo dije al “pipero” no me dejó llenar tinas ni cubetas, es que su negocio son los tambos de 200 litros, cobran a 50 pesos por cada uno; una pipa de agua distribuida así representa para ellos una gran ganancia, pues le sacan hasta 2 mil 500 pesos por viaje, y uno los tiene que pagar porque no queda de otra”, mencionó.
En Nicolás Romero más de 44 colonias sufren la falta de agua en sus comunidades; 34 de ellas dependen del Sistema Cutzamala desde hace 40 años y las otras 10 no cuentan con una red municipal que les proporcione el servicio. De acuerdo con las mismas autoridades, más de 350 mil personas sufren desabasto de agua potable, lo que se traduce en un negocio redondo para las empresas que lucran con el servicio, pues representa un mercado semanal, al vender 56 mil metros cúbicos, de 14 millones 896 mil 266 pesos, tan solo en esta demarcación.
El Ayuntamiento de Nicolás Romero, a través del Sistema de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento de Nicolás Romero (Sapasnir), ha instrumentado la instalación de válvulas de seccionamiento; la modificación de los tandeos en las diferentes localidades; y el abastecimiento por medio de pipas, pero estas acciones no han cumplido su objetivo, ya que el mismo organismo reconoce que la escasez de agua “se está agudizando cada día más”.
Y es que el sistema municipal solamente proporciona el vital líquido por unas horas, solamente dos veces por semana y, desde el mes de abril, hay comunidades que sufren la escasez del agua, como las 500 familias de la colonia Campestre Liberación, quienes ante la imposibilidad de pagar continuamente el alto costo a las empresas que manejan el agua en Nicolás Romero, el pasado 10 de julio bloquearon la entrada de las instalaciones de Sapasnir para impedir el cobro del servicio y conseguir, de esta manera, la dotación del agua mediante pipas y un documento en el que se comprometa el organismo a suministrar puntualmente el servicio.