CIERRE DE ORO A LA FERIA DEL TAPETE Y LA BEBIDA DE LOS DIOSES.
Triunfo de Tarik Othón
Por José Moisés de la Luz
Gran recibimiento, pompa y circunstancia hacia la tauromaquia, por parte de la charrería, descendiente directa del arte de cuchares.
Previo al paseíllo la asociación de charros de este municipio con solemnidad y respeto hicieron honores al lábaro patrio, además de cantar el himno nacional en algo que es solo una muestra de la profunda raigambre de las fiestas y tradiciones nacionales, muestras todas, del mestizaje del que son producto; después a dar paso a la fiesta de seda, sangre y sol.
Partieron plaza el matador colombiano Juan Gómez “Dinastía” así como los rejoneadores Tarik Othón y Mario Sandoval con astados de Puerta Grande.
“Dinastía” ha estado en torero, en sus dos astados; más allá de la premiación desde el biombo, benévola, toda la tarde, el diestro colombiano ha podido torear por momentos con gusto y en otros teniendo que emplearse como lidiador, lo que le gana el reconocimiento del respetable que hizo una muy buena entrada.
Sin duda quien ha triunfado fuerte es el carismático Tarik Othón, en su primero pudo lograr buenos momentos que le fueron jaleados, sin embargo con su segundo, quinto de la tarde, ha armado la escandalera ante un astado de bella lamina al que le toreo con buen gusto y todo el tiempo al estribo.
Mata pronto y es premiado con exageración, ante el clamor del público.
Mario Sandoval tuvo una actuación destacada, pese a que su lote fue al menos potable, él y sus jacas toreras han puesto mucha voluntad, que le es reconocida ampliamente.
Durante la lidia se dieron un par de percances entre los subalternos, siendo el que protagonizó el gran torero Rafael Romero, que al parecer le ha ocasionado al menos una fractura, debido a lo irregular del terreno, que pese a los esfuerzos de los monosabios siempre fue muy flojo.
Él publicó quedó con ganas de más toros, para futuras fechas en un municipio que es ejemplo perfecto de como el mestizaje logró que el gusto por el toro bravo se enquistara en el gusto del pueblo otomí.