• Recuerdan que los alumnos recibían la instrucción primaria de seis años, contaban con 16 opciones para aprender un oficio, la imprenta era una de las secciones más reconocidas.
• Había una relación fraterna con el Instituto Politécnico Nacional, porque los edayenses tenían pase automático para ser alumnos IPN.
• Existen, a la fecha, 46 planteles y 16 Unidades de Capacitación Externa, en las que se imparten hasta 26 áreas de capacitación.
Toluca, Estado de México, 26 de septiembre de 2021. Inaugurada en septiembre de 1889, por el Presidente de México, Porfirio Díaz, y el Gobernador del Estado de México, José Vicente Villada, la Escuela de Artes y Oficios (EDAYO) cumplió en fechas recientes 132 años de haberse fundado en Toluca, como una opción para que los artesanos tuvieran un espacio para aumentar y mejorar sus habilidades.
“A iniciativa del Gobernador José Vicente Villada, ahí había el Hospicio de Pobres, se llamaba, el Hospicio de Pobres, que estaba junto al templo de Santa María de Guadalupe, pero después se construyó la escuela y lo llamaron Escuela de Artes y Oficios”, recordó Atanasio Serrano, egresado de dicha EDAYO.
En la EDAYO, los alumnos recibían la instrucción primaria de seis años, durante ese tiempo combinaban la educación con la técnica, contaban con 16 opciones para aprender un oficio, cada taller con equipo y maquinaria específica, donde la imprenta era una de las secciones más reconocidas en toda la entidad.
La Escuela funcionó con regularidad hasta 1910, cuando, por causas de los conflictos político-militares, se registró una disminución en su mantenimiento y promoción.
Para 1921 regresó a sus funciones la antigua EDAYO, ahora convertida en secundaria, pero con el nombre de Escuela de Artes y Oficios para Varones y para mediados del siglo XX, el nivel académico del plantel era notable.
“¿Qué se estudiaba?, la escuela secundaria, académica por las mañanas, de siete a una de la tarde, a las tres nos servían de comer y a las cuatro teníamos que ingresar a los talleres de imprenta, carpintería, mecánica, herrería, encuadernación y litografía”, agregó Atanasio Serrano.
Se había implantado un sistema de internado semi-militarizado, se formaban pelotones, existían grados de cabo y sargento, entre otros, dentro del propio alumnado. Las artes y oficios complementaban dicha educación.
En esa época, la EDAYO era una de las principales instituciones que brindaba servicio al Gobierno del Estado de México, ahí se imprimía el periódico local El Demócrata, la Gaceta de Gobierno y toda la papelería oficial, además se elaboraban los mesabancos y las ventanas para las escuelas oficiales de la entidad.
El momento que marcó el final de esa etapa fue la huelga que realizaron los alumnos en 1956, organizados a través de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), donde los edayenses tenían pase automático para ser alumnos IPN.
Por ello, tras este apoyo al paro estudiantil que se gestó en el IPN, el Gobernador Salvador Sánchez Colín decidió cerrar la EDAYO, aunque permitió que los talleres siguieran funcionando bajo la consigna de que fueran con un carácter eminentemente comercial.
El viejo edificio del centro de Toluca, que albergó durante más de medio siglo a la Escuela de Artes y Oficios, fue demolido alrededor de la década de 1970, dando paso a un estacionamiento y posteriormente a un centro comercial que al día de hoy recuerda a sus antiguos ocupantes con una placa conmemorativa.
El 31 de octubre de 1984 la Escuela de Artes y Oficios de Toluca reinició sus actividades con seis talleres, bajo la tutela del Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo Industrial (ICATI).
Sin embargo, la visión del Gobernador Alfredo Del Mazo González permitió que se incorporaran nuevas especialidades y se introdujeran programas de apoyo a los estudiantes, lo que incrementó notablemente la matrícula.
Gustavo Andrade Monteagudo, instructor del plantel Zinacantepec, con casi 29 años de servicio ha sido partícipe del desarrollo y progreso de las EDAYO, porque ahora suman 46 planteles y 16 Unidades de Capacitación Externa, en las que se imparten hasta 26 áreas de capacitación.
Con alegría compartió que, en su experiencia como docente de la Escuela de Artes y Oficios, ha tenido estudiantes de todas las edades, quienes encontraron en el taller de Serigrafía una opción para vivir, incluso algunos vuelven a agradecer y pedir consejos.
“Cada curso son nuevos alumnos, nuevas experiencias, personas que ahorita son jóvenes, que vinieron aquí siendo unos chiquillos de 15 años, ya ahorita son personas que se han dedicado a esto y tienen su taller, que de esto viven”, comentó.
Para impulsar la productividad del Estado de México, el ICATI y sus EDAYO han desarrollado cursos para las comunidades, a precios accesibles, para quienes necesiten capacitarse en corto tiempo e incorporarse al mercado laboral por medio de un empleo o el autoempleo.
Así como cursos diseñados para satisfacer las necesidades de los sectores privado, a través de cursos de Capacitación Acelerada Específica en el lugar, horario y días que el solicitante elija, sin restricción en el número de participantes, con un costo que dependerá del área y nivel de especialización requerido.
La EDAYO es una institución con prestigio y trayectoria en la historia del Estado de México y de todo el país, hoy, luego de 132 años, continúa impulsando el desarrollo de las y los mexiquenses en los diferentes oficios que imparte, y formando personas capaces de crear su propio empleo y contribuir significativamente al desarrollo estatal.
“Ya tenemos capacitación que le llamamos nosotros empresarial, ahí tenemos cerca de 280 cursos para capacitar a las empresas y sus trabajadores y también tenemos cursos comunitarios, ahí tenemos 200 cursos diferentes para poder trabajar con los ayuntamientos, asociaciones civiles y con el público en general”, detalló Jaime Rebollo Hernández, Director General del ICATI.
Es así como las 46 Escuelas de Artes y Oficios forman parte de nuestro pasado histórico, pero también de un presente donde los mexiquenses se preparan para enfrentar los retos que demanda el futuro, como es la capacitación virtual a distancia que permita enfrentar la pandemia de SARS-CoV-2.